Your invitation from Carlos Gabriel Drach is about to expire martes, Dic 22 2009 

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> To: []
> From: Carlos Gabriel Drach [gabdrach@gmail.com]
> Subject: Carlos Gabriel Drach wants to connect on LinkedIn

> I’d like to add you to my professional network on LinkedIn.
>
> – Carlos Gabriel Drach

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Qué vas a hacer? lunes, Dic 14 2009 

Qué vas a hacer cuando tu hijo te mire a la cara y te pregunte: «y vos, que hiciste?»…

Qué creen los verdaderos liberales? domingo, Dic 6 2009 

Creemos en la libertad y la responsabilidad individual como valores supremos de la comunidad.
Creemos en la importancia de la tolerancia y en la aceptación de las diferencias y la pluralidad como virtudes esenciales para preservar la convivencia pacífica.
Creemos en la existencia de la propiedad privada, y en una legislación que la ampare, para que ambas —libertad y responsabilidad— puedan ser realmente ejercidas.
Creemos en la convivencia dentro de un Estado de Derecho regido por una Constitución que salvaguarde los derechos inalienables de la persona y en la que las leyes sean neutrales y universales para fomentar la meritocracia y que nadie tenga privilegios.
Creemos en que el mercado —un mercado abierto a la competencia y sin controles de precios— es la forma más eficaz de realizar las transacciones económicas y de asignar recursos. Al menos, mucho más eficaz y moralmente justa que la arbitraria designación de ganadores y perdedores que se da en las sociedades colectivistas diseñadas por “ingenieros sociales” y dirigidas por comisarios.
Creemos en la supremacía de una sociedad civil formada por ciudadanos, no por súbditos, que voluntaria y libremente segrega cierto tipo de Estado para su disfrute y beneficio, y no al revés.
Creemos en la democracia representativa como método para la toma de decisiones colectivas, con garantías de que los derechos de la minorías no puedan ser atropellados.
Creemos en que el gobierno —mientras menos, mejor—, siempre compuesto por servidores públicos, totalmente obediente a las leyes, debe rendir cuentas con arreglo a la ley y estar sujeto a la inspección constante de los ciudadanos.

Hay que adoptar la boleta única viernes, Dic 4 2009 

por Fernando Straface y Ana María Mustapic

La adopción de la boleta única debería ser una de las prioridades de la reforma política. Sin embargo, no lo es. La razón debe buscarse en el contexto dentro del cual se planteó su introducción: evitar el robo de boletas. Esto sucedió en las elecciones de 2007. Este año casi no hubo quejas. Alejado, entonces, el riesgo del «fraude», la demanda por la boleta única perdió fuerza. Ese encuadre es insuficiente. Hay una razón sustantiva para reclamar la boleta única: garantizar el derecho a elegir y ser elegido. El manejo estratégico de las boletas antes y durante el día de la elección no puede ser un elemento que beneficie a algunos partidos por sobre otros y perjudique a todos los ciudadanos.

En la normativa argentina, el diseño, la impresión y la distribución de las boletas se encuentran hoy en manos de los partidos. Pero para distribuir las boletas los partidos deben contar con un importante contingente de fiscales. Y no todos los partidos están en condiciones de que las boletas lleguen a todas las mesas.

Puede suceder que electores que quisieran votar por determinado partido no pudieran hacerlo. Tampoco podrían hacerlo si no hubiera quién pudiera reponerlas en caso de sustracción. Las normas vigentes terminan consagrando la distribución desigual del derecho a elegir y ser elegido. Con la adopción de la boleta única el Estado pasa a ser el responsable de su diseño, impresión y distribución. De este modo, todas las opciones estarán al alcance del elector. Los partidos, más allá de los recursos con los que cuenten, tendrán sus listas en todos los lugares de votación. La boleta única garantiza el igual derecho a elegir y ser elegido.

Además, limita la posibilidad de comportamientos perversos y contribuye al fortalecimiento de los liderazgos partidarios frente a la actividad electoral impredecible de hoy. La introducción de la boleta única podría llegar a estabilizar la política de partidos.

Es positivo que se haya abierto el debate de una reforma. La boleta única puede convertirse en un elemento para aumentar el consenso: su implementación moderaría los riesgos de cooptación de las internas por parte de estructuras partidarias. La oposición podría encontrar en la boleta única una prenda de negociación. Sin la boleta única, la agenda estará incompleta.

Fernando Straface es director de Política y Gestión de Cippec; Ana María Mustapic es profesora de la Universidad Torcuato Di Tella y vicepresidenta del Consejo de Administración de Cippec.